sábado, 13 de septiembre de 2008

Esta noche


Cerré los ojos cansada y bajo la luna blanca intenté dormir, pero aún lo escuchaba jugar con trozos de madera húmeda, inventando palabras y caminaba buscándome entre desfiladeros de piedra.
Me levanté en la oscuridad y ahí encontré el brillo de sus ojos juguetones atentos a mi mirada, sus labios hablaban sobre palacios y diamantes, mientras yo ingenua escapé y recorté con tijeras una puerta para poder dejarlo salir. La pinté del color espléndido de sus ojos y afuera el verde pasto le llamaba por su nombre, triste me miró y su cabellera con el viento se revolvió.
No podía creer que de mi mente lo quisiera sacar y con pesadez caminó hacia la maltrecha puerta que amenazaba con aplastarnos. Lo miraba caminar lento, mientras mi corazón se retorcía requiriendo que se rehusara a salir.
Con una lágrima en la mejilla su mirada se congeló en la mía y como una ventana logró ver claramente lo que me dolía dejarlo ir. Retrocedió un par de pasos ante la puerta y de repente me paralicé, lo vi correr hacia mí de nuevo pero mi cuerpo seguía sin reaccionar.
Se fue aproximando cada vez más, caminando firme tal monstruito, pero con la elegancia que solo él puede controlar... se acercó suavemente hasta que su rostro frente al mío obvió en mi una sonrisa delatadora... no se rindió, cerrando la puerta con la potencia de su ser, cerró también sus ojos y besó mis labios con suavidad... en seguida... desperté.

1 comentario:

Pauli.vi dijo...

Que hermoso escrito!!me gusto muchisimo!!

creo que asi es el AMOR tan tan raro, los sueños te lo describen mejor que las palabras...

saludos!

http://www.solomomentoss.blogspot.com
te espero..