Mi trueno

Esta noche te he visto, como respuesta fortuita a mi silencio desesperado, apareciste de la nada junto a mí.
Entre tanta gente buscaba solo un par de ojos, pero los tuyos eran los únicos que me esquivaban, me desmoroné de repente al volver a sentir tu frío.
Inventé la peor excusa, pero al menos logré alcanzar tu mano, pero me exigí seguir insistiendo en acercarme... pero al cabo de un rato me di por vencida.
Me bajé de mi torre y por un momento decidí volver a ese mundo del que tanto hablan, ese que llaman 'real', caminé entre espacios estrechos atiborrados de lujuría y excitación, me mantuve por un rato en un solo lugar, vacío de silencio... escuché voces ajenas, lejanas y hasta viejos tiempos en los ojos de alguien recordé. Cuando me cansé de tanto ajetreo alcé la mirada y en un espejo decubrí que me moría, por lo que aterrada decidí volver.
Iba recogiendo el valor que había extraviado de camino y cuando por fin volví a lo alto de mi torre, eras otro, me mirabas cálidamente desde tu nube y empezaste a acercarte despacio y con calma. Al estar a mi lado me envolviste con un abrazo atrevido y me horrorizó el hecho de que me encantara, mi cuerpo me exigía que no me moviera y mi mente simplemente danzaba en círculos en la oscuridad de la confusión.
Tus manos ágiles, se movían por mi cuerpo, mientras yo olía hipnotizada tu pelo, tu cuello me insitaba a un poco más... No supe si era tu olor, tu calor, tu cuerpo o simple tú, pero algo no me dejaba dejar de mirarte.
De repente, demasiada cercanía de tu rostro frente al mío prevenía lo inevitable de un encuentro furtivo con tus labios, que al final, para bien o para mal, no ocurrió.
Rápidamente se nos acabó el tiempo, le rogué al cielo un momento más en mi paraíso, pero esta vez no se pudo.

Ahora me he quedado absorta en soledad, un recuerdo de tu voz se ha convertido en mi canción de verano que me recuerda lo mucho que extraño nuestra tormenta...

TODOS SOMOS ADICTOS A ALGO, Y TU SIEMPRE SERÁS MI TRUENO, ASÍ QUE TRAEME DE VUELTA LA LLUVIA